Noticia titulada: “Argumentos ridículos sobre la “dictadura” en Venezuela”
Fecha: 27 de octubre del 2016
Textual:
No es nueva esta definición, como tampoco nuevo el intento de imponerla como narrativa dentro del conflicto político venezolano.
Esta definición proviene de la elaboración de tanques de pensamiento y ONGs pagadas desde el exterior, como Provea. Afirman que en Venezuela hay un control férreo de todos los poderes en manos de una persona, que prohíbe y cercena la participación popular, la libre movilización y derecho a la reunión, la libertad de prensa y viola los derechos humanos, principalmente.
Los actores políticos del antichavismo, nuevamente, intentan imponer esta definición, pero de forma más desesperada. Henrique Capriles, gobernador de Miranda, y el mismo Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, electos en medio de una feroz dictadura que contradictoriamente acepta resultados electorales adversos, coquetean lateralmente con esta premisa, bajo el manto de la “ruptura del orden constitucional”.
Venezuela es la única dictadura del mundo en la que ningún país del mundo llama a retirar sus embajadores del país, lo que deja en evidencia la ridiculez.
Misión Verdad se ha tomado el atrevimiento de enumerar los argumentos más ridículos con los que se pretenden desconocer el orden constitucional para tomar el atajo golpista.
En Venezuela se prohíbe y cercena la participación popular
Justamente este es el puntapié inicial con el que Provea plantea que en Venezuela hay una dictadura debido a la suspensión del revocatorio por la recolección de firmas falsas. No es que la MUD presentó firmas de 10 mil personas fallecidas y de más de mil niños, sino que existe una conspiración para bloquear el referendo.
Lo más ridículo de este argumento es que, durante los últimos tres años, el antichavismo ha desconocido al presidente Nicolás Maduro después de su elección, intentó un golpe de Estado en 2014 con “La Salida” de Leopoldo López, y fue activamente cómplice del mega acaparamiento de alimentos y medicinas, además del ataque a la moneda venezolana, por lo que ganó en 2015 las elecciones parlamentarias debido al descontento teledirigido contra el Gobierno por la situación económica.
Hizo y deshizo extralegal y constitucionalmente hablando cuanto pudo sin que se inhabilitara ninguno de sus partidos políticos, al punto de llegar a ganar elecciones. Ahora cuando intenta aplicar el mismo formato, a través de la violación flagrante de la normativa que rige el proceso revocatorio, se quejan de un supuesto bloqueo. Su única victoria en los últimos años fue obtenida bajo la oferta engañosa de ayudar a resolver el problema económico y constantemente se ha negado a dialogar con el gobierno para solucionarlo. Mienten, sea hablando de democracia o de dictadura.
Lo paradójico es calificar de dictadura a un país en el que en menos de dos décadas ha habido más de 17 elecciones, casi un promedio de una por año, y existen miles de comunas y consejos comunales con capacidad de decisión en la vida diaria, cuyas direcciones salen del propio pueblo venezolano, incluido el opositor de a pie.
Se prohíbe el derecho a reunión
Son incontables las manifestaciones de todo tipo que el antichavismo ha realizado, y son incontables los hechos de violencia que le han sido tolerados. Sólo en los últimos años, respetando el derecho a reunión, han muerto en estas protestas cerca de 100 personas, si se cuentan los llamados a desconocer al presidente Maduro, la convocatoria al golpe de Estado de Leopoldo López en 2014 y los diversos conatos de guarimbas ocurridos en el transcurso de este tiempo.
En plena dictadura que impide el “derecho a reunión”, esta semana el antichavismo se movilizó en el este caraqueño. Incluso sus propios dirigentes le piden garantías para movilizarse al mismo gobierno que acusan de prohibir su reunión.
Ahora, lo que sí ha habido, sobre todo después de la última convocatoria de Leopoldo López de 2014, que terminó con 43 muertos, es un mayor despliegue de seguridad y una menor tolerancia a los hechos de violencia. Lo que se ha traducido, por ejemplo, en que el antichavismo tenga una prohibición tácita de manifestarse en el oeste de Caracas, donde están los edificios del Estado, ya que cada vez que allí se moviliza el saldo se traduce en muertos, heridos y destrozos a la infraestructura. En cualquier otro país, no tan extorsionado desde fuera como el nuestro, las medidas serían mucho más contundentes contra seguidores y dirigentes de oposición.
Libertad de prensa
Esta tesis choca con el dato de que la mayoría de los medios nacionales e internacionales presentes en el país son activamente opositores al Gobierno, y continuamente critican al chavismo sin importar la veracidad de las noticias emitidas. Es tan ridículo plantear esto que aquí podemos ver cómo el diario Un Nuevo País el jueves 26 de octubre convoca a la huelga general de la MUD.
Lo que sí ha habido en este último año es una menor tolerancia a la emisión de matrices de opinión que busquen generar zozobra y aterrorizar a la población, así como atentar contra la seguridad del país. Los ejemplos van desde la promoción de los linchamientos, robos de niños, exterminio de chavistas, hasta hacer un periodismo de guerra contra el país y sus instituciones.
Ante los antecedentes ocurridos en Libia y Siria, donde los periodistas tuvieron un papel preponderante como actores de guerra, Venezuela ha tenido especial cuidado con los medios y periodistas con antecedentes en haber sido activos participantes en contextos como los antes nombrados. Así es que se entiende que no hayan podido ingresar al país medios como Al-Jazeera y recientemente haya sido expulsado un periodista de ABC News que pisó territorio venezolano sin informar que realizaba un trabajo periodístico.
En caso de que usted tenga mayor dudas sobre la libertad de prensa y la tolerancia a la desinformación, impensable para la mayoría de los países, puede ver el trabajo de tres años de Misión Verdad enumerando una importante cantidad de operaciones de intoxicación mediática y atentados contra la información veraz, confirmada y debidamente interpretada.
La violación a los derechos humanos
Pese a que una y otra vez Venezuela aprueba el examen periódico que se hace sobre el respeto a los derechos humanos en la ONU, esta matriz de opinión ha sido utilizada a partir de hechos promocionados a nivel mediático totalmente sacados de contexto y magnificados como parte de una política sistemática. Así es como un país como Venezuela, en el que ocurren episodios de excesos y abusos como en cualquier otra parte del mundo, es una “dictadura” que viola los derechos humanos.
Colombia, por ejemplo, donde en un año hay 51 dirigentes sociales asesinados, no lo es según la calificación estadounidense.
Para nadie es un secreto que el mayor argumento para justificar esto es la supuesta existencia de “presos políticos”. Bajo este calificativo es que denominan a las personas detenidas en los últimos tres años por buscar insurrecciones armadas y hechos de violencia. Lista en la que podemos encontrar a Leopoldo López y los alcaldes Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, y también a Lorenth Saleh. Este último aparece en un video planificando atentados terroristas y asesinatos selectivos.
Incluso el nivel de tolerancia es tan grande, a causa de la extorsión de los derechos humanos, que al menos el 50% de la cúpula política del antichavismo manifiestamente ha participado en conspiraciones golpistas y violado la legalidad del país a través de hechos de corrupción y delitos comunes. A tal punto llega esta extorsión que políticos presos -como deben llamarse, y lo de “políticos” parece de más- como Leopoldo López tienen mayores beneficios que un reo común con cocina propia, acceso a televisión, baño propio y visitas frecuentes, entre muchas otras comodidades.
Si acaso usted quiere comparar la realidad de Venezuela con otro país, aquí tiene la de Simón Trinidad de las FARC, detenido en Estados Unidos después de un juicio en el que ni siquiera se le dejó presentar testigos propios. Las condiciones de reclusión de Trinidad son tan violatoras a los derechos humanos que han pasado al menos cinco años en aislamiento extremo y en su pierna tiene un dispositivo en el que sus guardiacárceles le aplican corretazos eléctricos cada vez que lo deseen.
La libertad de hacer un golpe
Responder a argumentos ridículos no significa que Venezuela esté libre de usos y abusos de la fuerza en manifestaciones públicas en la que frecuentemente se busca forzar estas conductas a través de las mal llamadas protestas pacíficas. Tal es así que actualmente hay un jefe policial y uniformados investigados por hechos relacionados a represión policial en protestas contra el Gobierno. Incluso episodios como estos y otros se pueden observar frecuentemente en el reporte del día a día del Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, que atiende a venezolanos de a pie de todos los tintes políticos.
Ahora, lo que sí desmuestra la realidad es que el antichavismo se ha valido de todas las libertades que permite esta dictadura para cuanta locura se le ha ocurrido. Incluso con la lógica de que si no se le permite por parte del Gobierno cierto tipo de actividad, sea considerado una conducta dictatorial y represiva, como si en otros países se permitiese un tercio de lo que han hecho en todos estos años.
La paradoja de declarar que estamos viviendo una dictadura se puede hacer a lo interno e incluso salir al exterior a denunciarlo, sin que nadie ni nada se lo impida, aunque flagrantemente desconozca el orden constitucional.
Ya que lo que en realidad exige la MUD es que se le respete su libre derecho a hacer un golpe. Pues no, chico.
Extraído de la página web “Misión Verdad”:Obsérvalo aquí
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